Pues casi que no voy a la luz eh

Después de innumerables re-makes, llega Poltergeist (Gil Kenan, 2015) otra propuesta de terror normalucha que no aporta nada al cine de terror ni alcanza a la original. Asusta, sí. Pero tampoco impacta. Con un guion pobre y personajes unidimensionales y construidos a base de clichés baratos, Poltergeist se convierte en una película de terror mediocre que sigue el esquema típico de este cine, pero que no llega e la altura de la original, ni de lejos. Como todas, asusta en sus momentos y entretiene lo justo para que haya valido más o menos la pena ir a verla. El filme destaca en el apartado técnico y visual, pero pierde mucho el elenco de actores maluchos y con diálogos bastante mal planteados. Por no hablar de un final demasiado ambiguo y un tanto forzado. Como ya he dicho antes, la película brilla por sus efectos digitales, siendo de los mejores en este campo. El 3D, brillante en algunas secuencias y se agradece los giros de cámara hechos expresamente para este formato. Por lo demás, en lo visual es impecable y se nota un buen trabajo de posproducción. Sobre los actores, Sam Rockwell parece estar aburriéndose, esperando a cobrar el cheque; Jared Harris es posiblemente de lo mejor de la película y el resto, pues eso, nada del otro mundo; lo normal en este tipo de producciones. Con todo, Poltergeist es una copia correcta de la original, que entretiene y se hace amena la hora y media de evasión terrorífica. Fácil de olvidar y bastante inferior a otros filmes como Expediente Warren (James Wan, 2013) o Annabelle (John.R.Leonetti, 2014). Más de lo mismo, a ver si La Cumbre Escarlata (Guillermo del Toro, 2015) nos sorprende. Nota: 5/10