¡Sed testigos!

George Miller vuelve a la carretera infinita con una propuesta de acción palomitera muy pero que muy notable y que sorprende al espectador con su calidad visual y artística. Una propuesta entretenida y bien construida que no defraudará a nadie, sea a fan de la saga o no (el cual es mi caso). Muy bien, Miller. Muy bien. Con un acabado visual impecable, persecuciones excelentemente coordinadas y una historia que aunque no sea muy bien en un primer momento, es sorprendente saber que tiene un subtexto complejísimo, se desarrolla bastante bien y sumerge al espectador en un torrente de fotogramas cargados de adrenalina, explosiones y muchos coches. Parecida a la saga Fast & Furious. Solamente que Mad Max sabe hacerlo bien. Hablando sobre los efectos digitales: bastante buenos, aunque se agradece que la mayoría de secuencias hayan sido filmadas en carne y hueso por especialistas en la materia; no como Peter Jackson, que lo hace todo por ordenador y se pierde mucha magia de las secuencias. Sobre el 3D, sorprendentemente aceptable (hay una escena bastante buena con un volante que se te pone prácticamente en la cara digna de recordar) y que hace ganar profundidad a la película, así que vale la pena pagar el suplemento. A destacar su potente y ensordecedora banda sonora, para mí lo mejor de Junkie XL. En cuanto a los actores, pese a no igualar al gran Mel Gibson, Tom Hardy no hace mal su trabajo y convence como Mad Max. Charlize Theron, deslumbrante como siempre, y Nicholas Hoult bastante modesto y aceptable. El resto nada mal, con algunas caras conocidas y otras no tanto. En resumen, Mad Max: Furia en la Carretera es un brillante film de acción y adrenalina sin pretensiones que da un claro ejemplo de que el buen cine escasea en estos tiempos. Difícil de olvidar y digna de admiración. De lo mejorcito de este año. Nota: 8/10